Tras un largo viaje en el que no faltó sufrir una demora de 3 horas por un piquete boliviano, subimos a La Paz.
Los protestantes-campesinos-piqueteros reclamaban documentos, ya que hasta ahora no tienen ningún derecho por ser indocumentados. La mayoría de ellos había apoyado al presidente electo, pero lo acusaban de no haberlos atendido una vez que este ganó las elecciones. En algún momento la situación se puso un poco tensa, porque era muy grande la caravana de autos y micros que intentaba llegar a ver mañana la asunción del Evo.
Los manifestantes, que literalmente pusieron piedras en el camino, hacían estallar dinamitas a metros de todos.
Más allá de la legitimidad del reclamo, es bastante extraño que se lleve a cabo a horas de que asuma el nuevo presidente y que se haya decidido cortar la ruta por la que una inmensa caravana de autos y micros están circulando para llegar a ver el primer día en el poder de Evo Morales.
No todo es algarabía igualmente acá. Ayer hablaba de lo peligroso que puede ser tanto entusiasmo y dá la sensación de que si en pocos meses no se realizan cambios considerables, la tensión social va a efervecer.
A la vez, hay gente totalmente conmovida. Viajamos, por ejemplo, con un amigo boliviano que vive en la Argentina y que hace 6 años no visitaba su país, a pesar de tener a la mayoría de su familia viviendo en La Paz. No puedo ni imaginar la emoción que debe sentir ese tipo.
Obviamente compartimos el trip con varios argentos, muchos de ellos avanzados en edad, que nos comentaban que este acontecimiento es solamente comparable con la llegada de Salvador Allende a la presidencia de Chile. No resulta demasiado descabellada esa reflexión, ya que en los dos casos se trata de la asunción de un gobierno de izquierda, pero marcadamente democrático.
e toda la gente del Bar-Arte. Está muy pequeño este mundo.
Caminando por la calle uno se da cuenta que hay miles de "Evos" deambulando y esta también es una situación inédita en la historia boliviana. Gente que comparte similares rasgos y vestimentas con su primer mandatario.
La sensación acá es que La Paz hoy bastante más elevada. Mucho más allá de sus 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Un abrazo a quien lo lea, o sea a nadie.
Bloqueo de largas horas en la ruta boliviana realizado por campesinos indocumentados.
G.M - desde la ciudad capital que más cerca está del cielo.
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