Un cuadrado perfecto, y sucio. Otro cuadrado perfecto y sucio. Un cuadrado perfecto y quebrado. Otro cuadrado perfecto y a su lado hay mas cuadrados, y en su cabeza, sus pies, brazos y bastón, hay cuadrados, porque es un cuadrado perfecto encajando en cuadrados perfectos. Cuadrados perfectos. Hay algunos perimetrales que se acoplan para armar un dibujo. Un rectángulo no. Tiene 6 caras, imperfectas entre si, o diferentes entre ellas. También están sucias. Cuadrados perfectos, y sucios, y quebrados, y limados con cedras, reciben columnas calientes con posibilidad de movimiento. Estas se mueven; golpean a los cuadrados -perfectos, ellos- los pisan, los ignoran. La puta indiferencia. Solo los recordamos para pedirles.
Cuadrados quietos, como cuadrados duros y sucios, y viejos, casi ancianos. De verano, de visitantes exagerados. Perfectos que miran al cielo. Perfectos. Una cara al cielo, otra al suelo. Esa está quebrada, con demasiado tierra, y pisada, y, y. Y cuadrados perfectos observándolo todo, el tiempo; perdiéndolo todo el tiempo.
Unos cuadrados perfectos con millones de componentes imperfectos en su geometría. Imperfecciones delimitadas por la perfección de los cuadrados forman cuadrados perfectos que se complementan, encajan. Triángulos, trapecios, romboides, imperfectos, e imposibles dodecaedros pisoteados, ensuciados, maltratados e imperfectos se complementan, encajan. Forman cuadrados perfectos. Cuadrados perfectos compuestos de las imperfecciones en formaciones aparentemente azarosas. Todos acumulan tierra, mugre. Reciben golpes, fluidos, basura.
Esta es tu casa.
Esta es tu fiesta.

0 comentarios: