13 julio 2005

Premisas

El POWER al poder y el poder al POWER

¿Quién no tuvo alguna vez la sensación, al encender una radio (antes girando una perilla y ahora con tan sólo el POWER), de encontrarse con discursos previsibles y música repetida hasta el hartazgo?
La radio, el medio que mejor se relaciona con la vida cotidiana de las personas, se debate entre acompañar los sucesos habituales de sus oyentes o, como sucede cada vez más, que sean aquellos quienes deban resignarse y adaptarse a percibir un mensaje rutinario y estandarizado.
Casi nunca las programaciones logran salir de la agenda del día a la que la vorágine informativa obliga a aludir. Generalmente en la FM, al sintonizar una emisora, la misma pasa a cumplir la función de Compact Disc, ya que se la escoge prácticamente conociendo de memoria qué estilos y hasta qué canciones sonarán.
Pese a que el mensaje sonoro provoca una penetración única e incomparable en la estructura racional y simbólica de un individuo, y a que es indudable que las radios FM son las que monopolizan el oído de las generaciones más jóvenes, puede señalarse que existe cierta carencia de íconos juveniles enfrente de un micrófono.
Es así como quienes crecieron presionando la tecla POWER difícilmente puedan sentirse reflejados con respecto a lo que ocurre del otro lado de los parlantes. No hay demasiadas voces que coincidan con ellos en edades, coyunturas, gustos, símbolos, culturas o historias similares. Y si las hay, se están pronunciando en voz muy baja.
Es por esta razón que la siguiente propuesta tiene la intención de formar parte de una nueva ola que tape al actual paradigma. Si todos ellos siguen siendo los protagonistas, es porque no vino nadie que pusiera a Mario y a Marcelo en el lugar de Bernardo y de Mariano.
En el Cine nacional se generó una interesante renovación con la nueva camada de directores que dejó de lado algunos estereotipos de las películas vernáculas y que fue dada en llamar “El nuevo cine argentino”. ¿Por qué este fenómeno no se dio en otros ámbitos? ¿Por qué la generación que vivió toda su vida en democracia, no tiene un lugar en los medios, cuando es visible que tiene un mayor interés por la cultura?
Al ser consultado sobre estos cambios el psicólogo del FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) Sergio Balardini, que se especializa en jóvenes, comentó que: “Por primera vez en la historia, los jóvenes tienen más conocimientos que los adultos, ya no sobre el acotado fragmento de la cultura juvenil, como hace 30 años sucedió con el Rock, sino que están más capacitados que los adultos respecto del saber hegemónico de su tiempo, aquél sobre el que se está desarrollando el nuevo perfil económico, político y social del mundo. Esto sí es un cambio de eje cuyas consecuencias no podemos evaluar todavía."
Ya esta hecho el anuncio: "En la era tecnológica, los chicos son los ricos y los adultos los pobres", tal como lo proclamó Nicholas Negroponte, uno de los máximos gurúes de la comunicación en tiempos de revolución digital.
Uno de los grandes debates de este siglo pasa por la liberalización de la información. En otras esferas como lo son el periodismo, a partir de los Weblogs, o en el cine mundial, a través de la irrupción de los documentales grabados en formato DV, los artistas, productores y discográficas se ven obligados a replantear, y en algunos casos cambiar totalmente su forma y razón de ser. En el terreno de la música, por el momento, y desde ya hace algunos años, no se consigue controlar el acceso a la misma. Para darse cuenta de esto no es necesario mas que fijarse cuánto aumentaron las ventas de los, por ejemplo, Ipods en los últimos meses.
Todas estas ideas: la búsqueda de una nueva forma de hacer un programa de radio, el ensanchamiento del abanico de géneros musicales, expandir las ventajas que otorga la existencia de Internet, la vigencia de la cultura Rock, el permanente aprendizaje del pasado, el proponerse hacer una mejor lectura del presente, el intento de acercarse lo más posible al futuro, la recuperación del factor sorpresa tanto musical como temático, la diferenciación e identificación de las nuevas generaciones de jóvenes, las búsquedas de una nueva forma de comunicación con el radio-escucha, son algunos de los puntos que enarbolan lo que hemos podido resumir en los siguientes cinco caracteres ocupados: F.Mp3
Creemos que esta combinación de símbolos, letras y números pueden llegar a representar a “lo nuevo”, o mejor dicho, a eso que ya está instalado en los aires y que, de alguna manera, ya ha comenzando a acaecer. Una corriente que lentamente avanza y que va a seguir evolucionando.
Es cierto también, que aún falta que se solidifique, que se le ponga un nombre y que se retroalimente con otros elementos.
Con el plan de subir el volumen y de levantar más vuelo, ese soplido permanece en la atmósfera de esta gran aldea posmoderna. Veremos si se convierte luego en una fresca brisa para este aparente estado de estancamiento que padece el aire radial o si solamente estas premisas serán un efímero suspiro.

((Si hubiera un estilo que tuviera la armonía de la música clásica, la furia del Punk, la pasión del Blues, la búsqueda del lo Progresivo, la libertad del Jazz, el groove del Funk, la espiritualidad del Reggae, lo contagioso del Rock and Roll, la expansión de la Psicodelia, la novedad de la Electrónica, la fuerza del Heavy Metal, la oscuridad de lo Gótico, sonaría en el programa solamente ese estilo. Como no existe F.Mp3 se ata a la variedad de géneros))


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